Aquí Ally reportando. Sigo viva pero como lo hago todo a un ritmo exageradamente lento, este blog quedó fuera de la ecuación de mis días.
Hoy peso 72,7. Como dije el otro día, la última vez que pesé "tan poco" estaba embarazada. Imagínense. Sólo son 3,8 kilos perdidos, pero en volumen y sensación de ligereza es mucho más. Y si tenemos en cuenta que la primera vez que empecé dieta y blog pesaba 82,3 entonces la bajada es de casi 10 quilos.
La nutricionista hace dos semanas que no me mide. La semana pasada, porque tuve un estreñimiento brutal y dijo que mejor no medirme. Ayer porque estaba con la regla y, lo mismo, dijo que estaría hinchada y que no merecía la pena llevarnos un disgusto por una cifra que tampoco sería real. Sobre el peso, dice que debo bajar entre 100 gramos y un quilo por semana, así que voy bien.
Como el mes que viene voy a estar viajando otra vez, le pedí que me diera pautas sobre la comida. Me sorprendió que me dio pautas muy generales, cuando la dieta hasta ahora ha sido super específica, diciéndome exactamente qué tenía que comer no sólo cada día sino cada hora. Pero las pautas para viajar son genéricas, tal vez para que no me agobie con el tema. Lo que no sé es si con el poco tiempo que llevo con ella ya he asumido esta nueva forma de alimentarme como un hábito o si en cuanto esté fuera de su vista voy a recaer en todos los males. Claro que me la juego, porque con las piedras en la vesícula si me paso con la comida voy a sufrir, así que tampoco creo que vaya a ser tan imbécil ¿no?
Las pautas para viajar son, más o menos, éstas:
-no llegar a las comidas con mucha hambre
-terminar las comidas con infusión en vez de postre
-no pedir cosas fritas
-no ir a restaurantes de autoservicio
-pedir, siempre que sea posible, verduras y pescado o carnes magras a la plancha
-si pido salsas, que sean de base vegetal (como de tomate) y no de leche o nata
Sigo fallando en el tema del ejercicio. Cuando puedo salgo a caminar (dos horas, a buen paso y por el monte) con un audiolibro, pero entre unas cosas y otras hace bastantes días que no salgo. Además Maribel me puso una tabla de ejercicios muy centrada en los abdominales porque dice que si no refuerzo esa zona es muy difícil que la vesícula me vuelva a funcionar bien. Pero no sé por qué me cuesta tanto ponerme a ello. Prefiero mil veces salir a caminar o hacer el pájaro con la wii antes que tumbarme sobre una colchoneta a hacer abdominales. A lo mejor es porque tengo el prejuicio de que eso debería hacerlo a primera hora de la mañana. Tal vez si me convenzo a mi misma de que lo puedo hacer, por ejemplo, antes de la cena, me será más fácil.