En esta casa los martes toca pesaje de tanteo. El peso oficial es el del viernes, pero a medio camino me peso para ver cómo voy y tomar las decisiones que correspondan.
Hoy la báscula me ha regalado un 77,5kg. Esto son 300 gramos menos que el peso oficial del viernes pasado. O sea, un subidón total!!
Yo siempre había pesado entre 55 y 58. Después del parto decidí no pesarme más porque el aumento de peso fue muy considerable. Además todo el mundo decía que con la lactancia una adelgaza aunque no quiera, pero a mi la lactancia me daba un hambre atrozzz, así que de adelgazar, nada. El resultado es que no me volví a pesar hasta que decidí que había llegado a un límite intolerable y me puse a dieta, por primera vez en mi vida. Hice la dieta de los puntos, pero sin las reuniones (que creo que son una parte muy importante de ese método). Me sirvió las dos primeras semanas, luego me estanqué y lo dejé. Fui probando otras dietas y las fui dejando, asumiendo que el sobrepeso estaba aquí para quedarse. Hasta que pasó lo que cuento aquí, la típica anécdota de que te preguntan si dan por hecho que estás embarazada. Eso fue en septiembre de 2012 y pesaba 82,3kg. Ha pasado un año y sólo he perdido 4,8 pero la verdad es que no me lo he tomado tan en serio como habría debido.
Total, lo que os iba a contar es que este fin de semana vi a dos amigos a los que hacía dos meses que no había visto (no los vi juntos, ellos no se conocen). Ella estaba la mitad de lo que era. Él no tanto, pero también se le notaba un cambio. Les pregunté qué habían hecho y los dos me respondieron lo mismos: habían eliminado el gluten y el almidón (o sea, pan, pastas, patatas y arroz). Poco más. No pasan hambre. No cuentan calorías ni puntos. No se machacan en el gimnasio. Dicho así parece fácil, pero a mi, en el día a día, me cuesta quitarme el pan del desayuno o el arroz de la cena (ADORO el arroz). Pero he decidido que merece la pena intentarlo. Si ellos han podido, yo también. Me queda pan en casa para dos o tres días (es integral y casero). Cuando se acabe, no voy a hacer más y voy a sustituirlo en el desayuno por huevos y fruta. Y a ver qué pasa.